La apuesta por la sostenibilidad ha de trascender el discurso teórico

La segunda jornada del eForum siguió tirando del hilo de la sostenibilidad para centrarse en el momento crítico que atraviesa la industria turística, obligada a adaptarse a las demandas de los nuevos tiempos.

La cuarta sesión del evento, titulada El Impacto positivo. Hacia un modelo regenerativo, fue inaugurada por la directora general de Audiovisuales de Grup Serra, Paula Serra, y dirigida por la periodista de Ultima Hora, Alicia Mateos. Tres ponencias y una mesa redonda compuesta por dirigentes municipales completaron la primera parte de la cita de este miércoles.

Jordi Castelló
Experto en turismo sostenible
Castelló centró su intervención en las certificaciones de sostenibilidad turística, un mundo con sus luces y sus sombras. La sostenibilidad «es una apuesta muy estratégica» para hoteles y otras empresas del sector, recalcó para advertir que las certificaciones sirven de poco o de nada si se quedan en una pegatina en la puerta. Así, remarcó que hay abundancia de ejemplos de «empresas que hacen cositas, pero que no son realmente sostenibles». Del mismo modo, criticó el exceso de certificaciones existentes en la actualidad, más de 200. «Su valor depende del compromiso real; hoy no basta con parecer sostenible, sino que hay que serlo», aseveró para recordar que las certificaciones deben basarse en datos científicos, ser reconocidas por el Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC) y tener vertientes no solo de índole medioambiental, sino también económicas y sociales. También enumeró algunos casos de éxito, entre los que destacó el de Iberostar Wave of Change.

Estrella Díaz
Catedrática de comercialización e investigación de mercados
Díaz ha basado gran parte de su labor profesional en ayudar a pequeños hoteles y restaurantes a incrementar la concienciación sobre el turismo sostenible, tanto de cara a los clientes como entre las propias empresas del sector. Puso como ejemplo de turismo regenerativo destinos con acciones punteras en este segmento, como las Azores, Costa Rica o Nueva Zelanda. Por otro lado, contrapuso problemas y soluciones actuales relacionados con la sostenibilidad, como el derroche de comida en los hoteles en el primer caso o todos los elementos de smart data con los que los visitantes pueden conocer en tiempo real la situación del destino (playas, aparcamientos, etc.). «Hoy tenemos a unos consumidores que están mucho mejor informados y que van a ser más críticos con el servicio».

José Marcial Rodríguez
Conseller insular de Turisme
Puso el foco de su ponencia en la reestructuración realizada por el Consell de Mallorca en materia turística, principalmente con el cambio de nombre de la Fundación Mallorca Turisme –que ahora se llama Fundación de Turismo Responsable de Mallorca– y con la eliminación de la palabra promoción de su estrategia para centrar esta en la concienciación. «Queríamos salirnos de la palabra marketiniana promoción que en la mente de todos significa vender, y si no entren ustedes en el diccionario de la RAE». Rodríguez recordó asimismo que, finalizado todo el proceso de transferencia de competencias, hay una ventanilla única para todos los trámites relacionados con la actividad turística. «Todo turismo está en La Misericòrdia», señaló para hacer hincapié en la importancia en la cooperación entre administraciones públicas –más allá de la ya tan cacareada colaboración público-privada– o de la lucha contra la oferta ilegal como frentes clave en la apuesta por la sostenibilidad.

Joan Monjo
Alcalde de Santa Margalida
Monjo fue el encargado de abrir la primera mesa redonda del día, compuesta de alcaldes de municipios turísticos y enfocada en los problemas de convivencia entre turistas y residentes. El alcalde margalidà negó problemas de saturación en los núcleos turísticos de Santa Margalida para orientar su discurso en torno a cuestiones como los okupas en hoteles en obras, la falta de personal –«hay restaurantes que tienen que cerrar uno o dos días por esto, negocios que no había visto nunca cerrados en temporada»– o la necesidad de financiación para mantener las infraestructuras municipales en buen estado. Asimismo, hizo un llamamiento a las administraciones supramunicipales –básicamente Gobierno de España y Govern balear– para poner coto a los problemas de falta de arena en las playas de la bahía de Alcúdia.

Juan Antonio Amengual
Alcalde de Calvià
En una línea similar se expresó el alcalde de Calvià, quien señaló que los problemas de masificación en los núcleos turísticos del municipio eran «puntuales» –como podría ocurrir esta misma semana en el marco de un evento multitudinario como el Mallorca Live– y debidos sobre todo a una inadecuación de las infraestructuras al crecimiento turístico y demográfico. En lo tocante a las iniciativas municipales concebidas para mejorar la sostenibilidad del turismo, Amengual mencionó las boyas inteligentes para el control medioambiental, las videocámaras en las playas o los paneles interactivos con los que los usuarios pueden obtener información precisa y actualizada sobre determinados puntos turísticos, playas, zonas de aparcamiento, etc. También puso en valor todo el trabajo realizado para fomentar la desestacionalización, que se ha traducido en una mayor actividad durante los meses de temporada baja. Asimismo, Amengual hizo una encendida defensa de la actividad turística y se mostró contrario a tentativas de diversificación económica demasiado ambiciosas. «Aquí vivimos y viviremos del turismo: en Mallorca no vamos a tener nunca un Silicon Valley».

Mireia Ferrer
Alcaldesa de Capdepera
Ferrer se refirió a la oferta turística ilegal como uno de los grandes problemas a que se enfrenta Balears, el cual se hace evidente en muchos municipios, incluido el de Capdepera. Esto, manifestó, no solo ha derivado en un problema de convivencia por la masificación turística, sino que tiene sus ramificaciones en el problema habitacional, con los precios de la vivienda en una escalada imparable. «Si el gabellí no tiene una casa en propiedad lo tiene muy difícil, ya que los alquileres son inasumibles en el municipio». Por otro lado, rompió una lanza en favor de estrategias de desestacionalización, como el fomento de actividades deportivas que «se dirigen a los meses fuera de temporada alta y van más allá de la oferta de sol y playa».

Martí March
Alcalde de Pollença
«Lo que estamos teniendo es un aprendizaje por shock, no por anticipación». El alcalde de Pollença se mostró especialmente crítico con los discursos teóricos sobre la sostenibilidad que terminan justo en el propio discurso, sin aplicaciones ni acciones efectivas que promuevan un cambio genuino. «Hay que pasar de las palabras a los hechos y para eso hace falta un gran pacto político que no se producirá esta legislatura, de eso estoy convencido». Una afirmación con la que March dejaba traslucir su falta de fe en el Pacte per la Sostenibilitat impulsado por el Govern de Marga Prohens. Asimismo, demandó que las restricciones de acceso a Formentor se prolonguen de abril a octubre (actualmente se aplican solo de junio a octubre) y puso sobre la mesa el problema del descontrol de la náutica de recreo en la bahía de Pollença. March, por otro lado, no evitó referirse al alquiler vacacional al ser alcalde de un municipio en el que este segmento del alojamiento ocupa dos tercios de sus 18.000 plazas turísticas. March hizo una doble lectura de este fenómeno al señalar que «a pesar de que ha supuesto una socialización del turismo y la riqueza ha contribuido también a crear una sociedad excesivamente rentista».

Juan Luis González
Primer teniente de alcalde de Alcúdia
González se quejó de la maraña de normativas de ámbito supramunicipal –insulares, autonómicas, estatales y europeas– que encuentran los consistorios cuando intentan impulsar iniciativas de orden turístico. «Las normas se convierten en un fango burocrático ante el que los ayuntamientos no podemos hacer nada, con lo que el problema se enquista». Por otra parte, y como regidor de Hacienda y Promoción Económica, se quejó de algunas externalidades negativas del éxito turístico como la falta de personal o el incremento generalizado de precios, especialmente los del transporte escolar, para el que el municipio ha tenido que destinar una partida de 280.000 euros este año.