Redacción Monográficos9 de junio de 2025
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Melchor Mascaró es una de las empresas mallorquinas con mayor proyección y volumen de negocio en los ámbitos de la construcción y gestión medioambiental. Este año volverá a participar en eForum de la mano de Pep Lluis Cobos, director de Gestión Integral de la empresa con sede en Manacor. La firma es pionera en campos como la gestión ética y la responsabilidad social, factor que se hizo patente en 2010 con la creación de su Departamento de Gestión Integral, que englobaba dos departamentos previos, Calidad y Medio Ambiente, y Prevención. Este empeño le ha hecho merecedora de diversas certificaciones de calidad, en las que la empresa también ha sido pionera incluso a nivel nacional.

La intervención de Cobos en eForum será particularmente interesante, ya que se referirá a aspectos concretos de la actividad empresarial aplicada a la gestión medioambiental. «Nos llegan normativas nuevas desde Europa a las que nos tenemos que adaptar. Temíamos que fuera un verdadero tsunami normativo, pero parece que va a ser algo más llevadero, ya que se está acotando a empresas medianas y grandes. El gran reto que se nos presentaba era traspasar todas estas nuevas normativas a las pequeñas empresas, que son con las que fundamentalmente trabajamos en el día a día».

emallorca experience melchor mascaró
El puerto de S’Estanyol es un gran ejemplo de innovación.

En la actualidad, Melchor Mascaró está adaptándose a estas nuevas directrices «analizando cómo nos afecta a nivel social y ambiental y qué relevancia económica representa para nuestra actividad». Hacer realidad todo el nuevo marco de actuación europeo «no solo supone una serie de riesgos sino que nos ofrece muchas oportunidades». Un buen ejemplo es la gran remodelación que están ejecutando en el puerto de S’Estanyol: «Las normativas llevan a que este puerto se tenga que preparar frente a temporales, subidas del mar, etc. Estas remodelaciones son oportunidades de negocio y de innovación». Un resultado de esta creatividad aplicada a la protección del medio ambiente es el uso de un sistema de encofrado flotante que ha ahorrado el uso de una gran cantidad de hormigón. «Son aspectos en los que la empresa tiene mucho que aportar», señala Cobos.

De cara a su participación en eForum le gustaría destacar algunos factores que condicionan la actividad en lo que a protección medioambiental se refiere: «Nos estamos encontrando con una gran falta de información concreta. Se habla en distintos proyectos de factores como economía circular, pero no acaba de estar claro lo que significan esos conceptos, que a veces se malinterpretan».

«Sucede algo similar con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)» afirma Cobos. «La gente se queda con el título de cada uno, pero detrás de este hay decenas de metas secundarias que han de analizarse para ver cuales nos afectan y cómo podemos aplicarlas. Además, no son solo compromisos que afecten a empresas privadas como la nuestra, sino que se extienden a toda la sociedad, incluidas las propias instituciones públicas».

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La empresa ha realizado intervenciones emblemáticas empleando criterios de economía circular.

En general, Cobos pone el dedo en la yaga al afirmar que «faltan criterios unificados sobre cómo actuar. Por ejemplo, en la huella de carbono tenemos que actuar bajo los criterios del Ministerio de Transición Ecológica y los criterios de la Conselleria del Govern. Son muy parecidos, pero no iguales y eso hace que se produzcan situaciones contradictorias. Hay parcelas en las que las normativas se solapan y otras en las que existen vacíos». Esa falta de armonía en las directrices «nos hace imposible ser expertos en todas ellas. Hay muchísimas normas distintas y salen nuevas cada día, con contenidos muy similares, que hacen muy complicado saber cuáles hay que aplicar para que, tanto los clientes como nosotros, estemos tranquilos», asegura. «También dificulta la gestión con los proveedores, que van desde grandes empresas a pequeñas PIMES. No se les puede considerar en gestión medioambiental de la misma manera y esto puede llevar a disfunciones en el mercado».

«Es importante que vayamos hacia un escenario con mayor información para tomar buenas decisiones. Pero existen desfases y multiplicidad entre normativas. Tenemos las europeas, las estatales, las autonómicas, las insulares, e incluso las municipales, que a veces entran en conflicto. No son contradictorias, pero no están totalmente alineadas para ser ágiles». Otro factor en este panorama es la adaptación que también deberían llevar a cabo las administraciones: «Se están encontrando con que tienen que dar muchas respuestas a muchas cosas que precisan mejorar y reforzar su operatividad. Tiene que haber voluntad de cambio también por parte de la administración», sentencia.

La digitalización exigida también puede ser complicada en muchos casos: «Nuestro sector tiene poca incorporación de gente joven, más acostumbrada a estos recursos. La media de edad de los trabajadores está por encima de los 40 años y no están en muchos casos acostumbrados a esta digitalización de los procesos de control. La situación del planeta exige que se aceleren los tiempos pero es necesaria una estrategia más global que incluya formación o herramientas informáticas que faciliten los procesos. Se trata de tener en cuenta todos los aspectos teóricos, pero sin perder el contacto con la realidad de la empresa».

«Creo que hay una intención real de todos los implicados en continuar y mejorar la actividad económica desde el respeto por la naturaleza, pero falta una figura central que establezca unas condiciones más holísticas, más generales, y que detecte dónde hace falta intervenir. Por ejemplo en la prevención de riesgos laborales existe una formación muy potente y unificada, pero en el ámbito del medio ambiente, si queremos dar formación a nuestros operarios no hay nada reglado. Todo depende de la voluntad de la empresa y de que las administraciones apliquen un criterio único».